ELÍAS

—Dos ataques contra Renata. Uno en la exposición, el otro en la estación de tren de la Manada Cruz de la Montaña. Ambos están conectados porque los asesinos intentaron lastimar su vientre. —Expliqué mientras miraba por la ventana, donde el sol desaparecía tras una gruesa capa de nubes grises, reflejando la tormenta que se agitaba dentro de mí.

Desde que dejé la Manada Luz de Luna, no había dormido ni dejado de buscar respuestas. Mi única esperanza era el Club Plata, una red secreta reservada para alfas de élite, administrada por el Alto Consejo y el Rey alfa.

Me tomó años conseguir acceso, años para demostrar que era digno. Todo ese esfuerzo había valido la pena, ya que ahora podía obtener toda la información de la red del Club. No había información que el Club Plata no poseyera.

—¿Esta investigación no podía esperar hasta llegar a la oficina? —Preguntó Josué desde el sofá, con los ojos clavados en los datos que recopilé meticulosamente.

—Necesitaba fingir estar enfermo para eng