10. Lo que sabe Vesper
Kael
La frontera vieja huele a piedra mojada y a hierro antiguo. El bosque aquí no es tan tranquilo como se cree: todo tiene ojos, oídos; todo es una sublime trampa para quienes no lo conocen.
Avanzo sin luces, el motor ronronea grave, hasta que el camino se vuelve tierra, y la tierra, un sendero hacia la verdad que tanto ansío encontrar. La pregunta «¿quién es ella?» me ronda todo el tiempo la cabeza. Además, la imagen de Mariel con su piel brillante y ardiente, con sus ojos intensos, me persigue como una llama que no se apaga.
Vesper nos espera donde termina la vereda y empieza lo que nadie nombra. Nocte y Vesper nunca fueron amigos ni enemigos; somos lo que se reconoce en la noche y no se saluda en el día.
Lo encuentro junto a un menhir inclinado. Alto, canoso en las sienes, ojos como vidrio negro. Alfa Corvin, del Clan Vesper. Su olor es de pino, cuero, humo. Un lobo que aprendió a hablar bajito para que lo oigan todos.
—Alfa Kael —dice, sin sombra de sonrisa—. Tu mensaje olía a pr