178. A escondidas
La atmósfera en el cuarto de Ha-na era completamente distinta a lo que habían conocido antes. En ese espacio cerrado, no había roles definidos, ni contratos que marcaban las reglas de su relación. La dinámica entre jefe y secretaria había quedado atrás, desvanecida como una sombra en la luz que ahora brillaba entre ellos. Allí no había más que ellos dos, juntos, sin las barreras que solían contener sus sentimientos. Estaban unidos por un sentimiento deseado, más grande que cualquier otro. Ese que pocos lograban conocer a lo largo de su historia, pero que cuando lo hacían, su vida cambiaba de forma drástica, ya que no se podía ser el mismo después de enamorarte y de amar de verdad, y que esa persona te correspondiera en tus sentimientos. Era un evento tan difícil de pasar que, los que los podían experimentar, eran los más afortunados y privilegiados de poder tenerlo.
El silencio reinaba en la habitación solo interrumpido por el sonido de los murmullos en la planta baja de la casa, ahor