Después de despedirse de Alejandro, no le dio más vueltas al asunto. Después de todo, lo que él había dicho tenía mucho sentido, y preocuparse de más no serviría de nada.
Desde que había recibido la llamada de Raúl para sacarlo del apuro, el encargado del proyecto la miraba de una forma extraña.
Al principio, había pensado que era una simple gerente de proyecto, pero ahora se daba cuenta de que su identidad no era tan sencilla como parecía. De no ser así, ¿cómo era posible que hubiera recibido una llamada del mismísimo Raúl? Era el asistente especial del director general, una persona a la que apenas veía un par de veces al año.
No solo se había sorprendido por recibir su llamada, sino que el motivo principal de esta había sido sacarla de ahí y llevarla de vuelta. Y para colmo, cuando fue a buscarla, ¡se encontró cara a cara con su propio director general!
Aquello le provocó un escalofrío. Una idea comenzaba a tomar forma en su mente, casi con una claridad abrumadora.
Notó que el encar