Sofía apretó los labios, con la mente dándole vueltas mientras intentaba descifrar qué era lo que su madre pretendía.
—Mejor voy a ver qué pasa.
Después de pensarlo bien, ahora que sabía que la buscaban, le resultaba imposible fingir que no le importaba. De cualquier manera, estaban en Inmobiliaria Panorama, la directora se enteraría si había vuelto o no. No tenía forma de ocultarse. Respiró hondo y, al asimilarlo, sintió que lo correcto era enfrentarlo en lugar de evadirlo.
Luisa pensó que tenía razón.
—¿Hay alguna otra novedad?
Al escuchar la pregunta, la asistente hizo un gesto de desaprobación.
—Ninguna. La señorita Valeria ha estado muy tranquila, no ha habido ni un movimiento de su parte. Por ahora, la única que la ha buscado es la directora.
Asintió y, dejando en segundo plano el viaje que planeaba hacer a las oficinas de Altamira Desarrollos, se dirigió al despacho de la directora.
Mientras caminaba, seguía preguntándose para qué la habría mandado a llamar.
Tocó la puerta y, al