Capítulo 245
La caída de Jimena fue tan aparatosa que Alejandro tuvo que usar ambas manos para ayudarla a levantarse. Ella aprovechó el momento para recargarse por completo en su pecho. Como era verano y ambos llevaban pijamas ligeras, la escena resultaba sumamente comprometedora.

Cuando Sofía salió de la habitación, los vio. Sintió que se le detenía el corazón.

—¿Qué están haciendo?

No supo cuánto tiempo se quedó ahí, mirándolos, antes de poder recuperar la voz para hacer esa pregunta.

Él se apresuró a explicar.

—Se cayó, solo la estaba ayudando a levantarse.

—Sí, así es. Mira mi cara, hasta me lastimé. ¿Se ve serio?

La mirada de Sofía se desvió hacia la cara de Jimena, deteniéndose en una pequeña marca roja. Ciertamente, había una marca de la caída.

Pero…

—Qué casualidad que te caíste justo enfrente de nuestra puerta, ¿no?

La situación le pareció ridícula. Era demasiada coincidencia, y justo cuando ella terminaba de ducharse. Tenía que admitir que la otra era muy calculadora. Sintió ganas de darl
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