Mundo de ficçãoIniciar sessãoANNALENA
Llegamos al departamento. Apenas crucé la puerta, suspiré.
—Necesito un baño —murmuré, soltando mis armas sobre la mesa.—Hey —dijo Armando, tomándome por la cintura y empujándome suavemente contra la pared—, ¿no sabes lo sexy que te ves eliminando bastardos?
— ¿Me viste? — Sonreí contra sus labios.
— No me perdí ningún detalle, te seguí en todo momento, no te dejaría sola, adoré como te movías y los eliminabas uno a uno. Eso fue lo que me enamoró de ti, desde aquella vez que le diste su merecido a las hermanas de Dalia en su matrimonio dije, Wow, esa mujer debe ser mía.
Sonreí con ironía.
—¿Y no te asusta? ¿Que en cualquier momento se me crucen los cables y quiera eliminarte a ti también?Él so







