JACKELINE
Había pasado una semana desde que todo terminó. Ahora podíamos hacer nuestra vida normal. Sin la amenaza del medio hermano de Vittorio, por fin podíamos salir libremente.
Aunque Alessandro no me dejaba ir sola a ningún lado.
Ahora estábamos en el cementerio; mi prima quería ver a mi tío. Trajimos las dalias blancas que siempre llevábamos cada vez que veníamos. Mi prima estaba de rodillas frente a la tumba de mi tío, arreglándola, y yo a su lado limpiando.
—Hola, tío. Me he portado muy bien… o sea, no tanto, pero ese es un secreto entre los dos—dije, riendo.
—¡Jackeee! —gritó mi prima sonriendo—. Hola, papi. Ahora sí puedo venir más seguido. La amenaza que teníamos ya se acabó, Valerio terminó con él.
—Oh, tío, eso, tenemos chisme: no sabes quién es Valerio, es el novio de tía Sara. ¡Sí! Tía Sara tiene novio. O sea, más que novio, vive con nosotros. No es tan guapo como tú, pero es muy simpático, me cae muy bien.
—Sí, papá —dijo Dalia con voz suave—, él cuida mucho a Sara. Sé