Mundo ficciónIniciar sesiónEstaba en el despacho, revisando unos informes, cuando escuché unas risas bajitas, rápidas, de esas que te ponen en alerta sin saber por qué.
Levanté la vista y vi pasar un torbellino de cabello negro y uno castaño: Dalia corriendo en puntillas, con esa risa traviesa que siempre anuncia problemas, y detrás de ella, Jacke, igual de cómplice.
Sentí cómo se me erizaban los pelos de la nuca.
Cuando mi mujer andaba con esa sonrisa y esos pasos de gata sigilosa, nada bueno estaba tramando.
Me puse







