Capítulo 30. Sonríe para la foto.
POV: Irina
Sofía entró sin llamar y el cuarto se llenó de su perfume y carcajadas. Me abrazó con fuerza, como queriendo comprobar que estaba bien.
—Estás más hermosa que nunca —dijo, apartándome el cabello—. Y más peligrosa.
—No tanto —reí—. Pero cansada, sí.
—La belleza y el peligro cansan, querida —sentenció mientras se sentaba en el sofá—. Para eso vine, para recargarte.
Su energía contrasta brutalmente con la de Gaspar: él es cálculo, ella es impulso. Quizá por eso me siento tan cómoda con ella.
—¿Cómo estás de verdad? —preguntó.
No pude mentirle.
—Decidida, asustada y feliz. Todo junto.
—Perfecto. Si solo fueras una de esas cosas, me preocuparía.
Nos reímos y, en ese momento, pensé en Iván. Seguro que estaba en algún pasillo, vigilando cada sombra que se moviera.
Ha sido mi guardián desde que tengo memoria: en Moscú, en San Petersburgo, en esas noches en las que mi padre hablaba de negocios y yo escuchaba desde las escaleras.
Ahora trabaja codo con codo con Gaspar, lo que me tran