Capítulo 25. Subiendo el tono.
POV: Irina
Sentí ese pinchazo que asusta al principio, como si fuera una caída, y me aferré a sus hombros. Gaspar bajó la otra mano a mis nalgas y me sostuvo para que no huyera de mi propio cuerpo.
—Respira —ordenó en voz baja—. No luches contra esto. Solo sé tú.
—Me... —No pude terminar.
—Eso es —dijo, mientras su boca se posaba en un pezón—. Dame tu sonido.
Gemí sin pudor. Mi cadera encontró el ritmo y su muñeca lo siguió con pericia. Círculos cortos, siempre al borde, quitando una pizca antes de que me perdiera y devolviéndola después. Me estaba enseñando a navegar por el borde, a no asustarme de mi propio placer.
—Gaspar, por favor... —No supe si era un «para» o un «sigue». Pero él lo entendió.
—Dímelo —insistió—. ¿Quieres que siga o que te deje en la orilla un minuto más?
—Sigue... pero... —Tragué saliva. —No te vayas.
—No me voy.
Metió dos dedos por la banda de la braga sin penetrarme, solo para apartar la tela y que su pulgar llegara directamente al clítoris. El contacto de pie