Pero la mujer no le hizo caso. Una sonrisa cruel se dibujó en sus labios mientras pronunciaba las palabras que harían añicos la poca dignidad que Mariola conservaba.

—¡Sepan todas que la razón por la que Tatiana terminó divorciándose de su querido esposo es porque lo engañó, le mintió! ¡Fingió un embarazo y no solo eso, resulta que consiguió un bebé y no se sabe cómo lo logró, pero consiguió un bebé y fingió que ese era el hijo que tuvo! ¡Y encima, como si no fuera suficiente, ella terminó siendo una mujer estéril!

Un murmullo de asombro y horror recorrió la sala. Mariola se quedó en la nada, golpeada por las palabras, ofendida hasta lo más profundo. No tenía idea de dónde esa mujer había sacado semejante información.

—¡No puede ser cierto! —exclamó una de las amigas, con la mano sobre la boca.

—¡No puedo creer que algo como eso haya sido capaz de hacer Tatiana! Yo creí que era una persona bastante recatada. ¿Cómo pudo mentirte de ese modo? —comentó otra, y así, los comentarios se dis