Bianca se sentó en la mesa de la cocina, con el bolígrafo en la mano y una hoja de papel en blanco delante de ella. Sabía que debía irse antes de que Steven regresara. No quería que otra vez la detuviera.
Necesitaba este escape, esta oportunidad de reconstruirse sin la comodidad de su protección.
Suspiró, y comenzó a escribir con letra temblorosa:
"Querido Steven,
Me voy. Sé que esto te tomará por sorpresa y lo siento. No quiero ser una carga para ti. Necesito encontrar mi propio camino, Steven, y no puedo hacerlo aquí.
Gracias por todo. Por tu amabilidad, por abrirme las puertas de tu hogar, por cada pequeño detalle. Nunca olvidaré tu generosidad. Eres un hombre increíble, y no me extraña que mi hermana te amara tanto. Siempre te llevaré en mi corazón como un verdadero amigo.
Por favor, no me busques. Necesito hacer esto sola. Cuídate mucho.
Con todo mi cariño y agradecimiento,
Bianca."
Dobló la carta con cuidado y la dejó sobre la mesa de noche, justo al lado del desayuno que Steven