Vanessa
No tenía escapatoria. Era actuar… o esperar el maltrato. Una violación. ¿Y después qué? ¿Qué más debía soportar? No lo sabía, y preferí no averiguarlo. Me convencí de que esta era mi única salida, que lo hacía por mi padre, por protegerlo. Y lo repito una y otra vez, como si al hacerlo pudiera lavar lo que ocurrió esta noche.
Y sin embargo, no puedo negar lo que sentí…
Fue cálido.
Fue suave.
Y sí… me sentí bien.
Pero que eso no se malinterprete. No fue amor, no fue deseo puro. Fue el instinto de sobrevivir, fue inteligencia. Fue una actuación obligada, aunque mi cuerpo me traicionara a mitad de la escena.
Todo esto… solo será por ahora. No me permito pensar en el mañana como algo esperanzador. Me obligo a mantener los pies en la tierra, a recordar por qué acepté este matrimonio forzado, por qué decidí no seguir resistiendo. Porque quiero estar tranquila. Porque debo proteger a mi padre. Porque este hombre… este hombre de mirada oscura y sonrisa amable, también puede transforma