―Espera, espera un poco…
Él se apartaba de mí, mientras mi corazón latía como maldito loco y mi respiración de verdad que era caótica, sus labios hinchados, mostraban la clara apariencia de los míos
Mientras sus ojos, con sus pupilas dilatas, solo lograba que mi corazón acelerara más y más y mi loca cabeza o más bien mi emocionado cuerpo
Quería saltarle encima, pero era una dicha que ahora mismo estuviese un poco más estable y pudiese ser lo suficientemente clara
Como para poder hablar con aquel hombre, que me observaba como si estuviese muerto de hambre y yo fuese la comida más deliciosa del mundo
―Tengo que aclarar esto, yo… Yo no me voy a acostar contigo, es más, considero que lo más óptimo sería que yo siguiese viviendo con mi familia, tú seguirás en la tuya y trabajaremos como si nada, tal vez…
Pero antes de que siquiera pudiese terminar mis palabras, Maximiliano había soltado una carcajada, era una clara y fuerte que demostraba que no hacía más que divertirlo con mis palabras
Co