Capítulo 48
Patrícia se acomodó en el sofá nuevamente, el corazón todavía acelerado por el reciente abrazo de Augusto. Pero la paz duró poco.
Un celular vibró. Un sonido corto, pero inconfundible. Lo ignoró por un segundo, pensando que sería el suyo, pero al mirar hacia la mesa, vio que el aparato que había vibrado era el de Augusto, con la pantalla iluminada. Se acercó y miró la pantalla.
Estela.
El nombre brilló como un fogonazo en su mente.
Un nudo se formó en la garganta de Patrícia. Intentó controlarse. Pero algo dentro de ella, una inquietud sofocante, habló más alto. Dudó dos segundos… y tocó el celular.
El primer mensaje era el más antiguo, enviado temprano, aún por la mañana:
"Pasé el día y la noche esperando… no apareciste como prometiste. Me dejaste ardiendo, Augusto. Sabes cuánto te necesito…"
La sangre de Patrícia se heló. Las palabras le quemaron los ojos como si hubiera recibido una bofetada. Pero él no había respondido. Eso la hizo respirar un poco más aliviada. Sin em