Capítulo 35
Patrícia bajó de la mesa, tomando discretamente sus bragas y poniéndoselas rápidamente mientras observaba a Augusto cerrar la cremallera del pantalón y ajustarse el cinturón con la naturalidad de quien volvía a la rutina de siempre. Él lanzó una última mirada hacia ella, una media sonrisa de satisfacción en sus labios, antes de sentarse nuevamente frente al escritorio y tomar el teléfono.
Entendiendo que él necesitaba volver al trabajo, Patrícia salió sin hacer ruido, sintiendo aún el calor de los intensos momentos que habían compartido. Caminó hasta el dormitorio, donde se limpió y se arregló el cabello frente al espejo, intentando recomponerse antes de bajar de nuevo.
Al llegar al pie de la escalera, la puerta se abrió y Rafael entró. El reloj marcaba las ocho de la noche, y su mirada cansada delataba el peso de un día agotador. Dejó su cartera sobre la mesa auxiliar y se masajeó la nuca, soltando un largo suspiro.
—¿Día difícil? —preguntó Patrícia, acercándose con una l