Capítulo 34
Patrícia sintió el agua tibia deslizarse sobre su piel mientras se bañaba, permitiéndose relajarse después de un día lleno de sorpresas. El paseo en el parque, el almuerzo, el momento inesperado de complicidad con Augusto... Todo parecía surrealista, como si su vida hubiera dado un vuelco que no alcanzaba a comprender completamente.
Al salir del baño, se secó con calma y escogió un vestido ligero y fresco, acompañado de sandalias cómodas. Lista, bajó con una sonrisa en los labios, ansiosa por encontrar a su marido. Él había sido tan atento y cariñoso durante el día que su corazón rebosaba de esperanza y felicidad.
Al llegar al estudio, vio la puerta entreabierta y entró sin hacer ruido, pero se detuvo de inmediato al oír la voz firme de su marido al teléfono:
—Sí, volveré a trabajar mañana. Por supuesto, necesito retomar todo personalmente.
La sonrisa de Patrícia se desvaneció por un instante. Aunque sabía que ese momento llegaría, algo dentro de ella sintió un apretón. Se