Natalia Monteri no tiene recuerdos más allá de su estadía en el orfanato. Su infancia siempre ha sido algo extraño y borrosa, pero constantemente ha sido señalada como el hecho de haber sido abandonada por su familia en el orfanato de Greemper. Ella nunca ha querido buscar sobre sus orígenes, por lo mucho que le duele pensar en ellos. Así que ha preferido aceptar la vida que ella misma se ha fabricado, tras luchar arduamente con los estereotipos por ser una niña sin hogar, sin familia ni apellido. Pero todo empieza a cambiar tras la aparición de su mejor amiga. Con quien compartió orfanato hasta que la adoptaron y la cual reaparece cargando a su pequeño bebé al que le suplica cuidar y proteger, como la madre que ella no puede ser para él. Natalia acepta por el cariño que siempre ha querido ofrecer y el cual nunca ha podido entregar sin sentir un extraño peso y remordimiento corroer su corazón. Ella ama a los niños y siempre ha fantaseado con ser la madre que nunca tuvo, sobre todo para los niños que como ella, han sido abandonados o rechazados. Ella no le exige explicaciones e incluso llega a entender los motivos que empujan a su mejor amiga a llevar a cabo algo como esto, volviéndose finalmente la madre que el pequeño niño necesita. Pero cuando el pequeño cumple sus tres años de edad… todo se vuelve un completo y oscuro caos sobrenatural, del que no solo se volverá participe, sino aparentemente, ella es la clave de como salvar a la legendaria manada “Aargaen”. Porque ella es… La rencarnación, de su amada Luna.
Ler mais— ¿Recuerdas lo que tienes que hacer?
Deja de mordisquear y babear su manita para asentir varias veces, distraídamente, mientras le sigo acomodando la pequeña corbatilla de clip en el cuello de su uniforme.
— No hacerle nunca caso a los extraños… —Murmura tras apartar su manita de su boca, permitiéndome limpiarla con un pañuelo de papel — Esperar a que termines junto a la señora Clower.
Sonrío con cariño y orgullo mientras lo escucho.
— ¿Y que más?
Lo veo distraerse con una mariposa que revolotea a nuestro alrededor.
— Leo —Lo llamo.
Sigue mirando a la mariposa mientras responde.
— Nunca quitarme el colgante de Mamá.
Con una nueva sonrisa enmarcando mis labios, aprieto sus cachetitos regordetes entre mis manos, ganándome una de sus caritas cargadas de frustración que casi lo hacen parecer un mini hombre con una dignidad que desea mantener.
Él ya sabe lo que viene y no le gusta.
— Ese es mi hombrecito.
Antes de que se me escape le lleno de besitos su adorable carita, provocando quejidos de su parte, como si realmente odiara mis mimos.
Él siempre es cariñoso y mimoso, pero solo cuando no haya mucha gente a nuestro alrededor, mucho menos sus compañeros de clase o desconocidos.
Casi como si tuviera que demostrarle algo a alguien.
Cuando finalmente consigue salirse de mi ataque afectuoso, me incorporo para verlo correr como una adorable tortuga con esa mochila casi de su tamaño, hacia su grupo de compañeros.
Me quedo de pie un poco más, junto a algunos padres que como yo aún les cuesta separarse de sus bebés.
Desde que Brenda, mi mejor amiga de la infancia, volvió a aparecer en mi vida hace ya tres años atrás, cargando a ese pequeño bebé que enseguida conquisto mi corazón, mi vida está ahora llena de felicidad.
Y el vacío que suelo sentir en mi pecho, ese que duele siempre que intento pensar en quienes son mis padres o por qué me abandonaron, ha dejado de incordiarme e incluso se siente un poco más lleno que antes.
Quizás por eso soy tan protectora con Leonel.
Mi pequeño León.
Por eso y por el terror que transportaba Brenda cuando me suplicaba hacerme cargo de su hijo.
Había huido de su familia para salvarlo de su padre.
Estaban locos, sentenciando al bebé a una vil muerte por creerlo maldito.
Ella no podría hacerse cargo de él, porque tarde o temprano la atraparían, así que fui su único recurso viable para protegerlo de esa familia de monstruos.
¿Quién puede tan siquiera pensar en hacerle daño a un dulce bebé inocente?
Aprieto mis manos en puños a los costados de mi cuerpo, al nada más imaginarme a alguno de ellos queriendo dañar a mi bebé.
Desde que Brenda lo dejó a mi cargo, yo soy su madre y me aseguraré, cueste lo que me cueste, de siempre protegerlo de todo aquel que quiera dañarlo.
Mi vista choca con una mujer en la lejanía, quien parece conducir al grupo de clase de Leo y a este mismo.
A pesar de la forma en la que me mira, como si me odiase, su mano brinda una cálida caricia en el cabello revuelto y rizado de Leo.
Intento no ponerme en alerta.
Ofreciéndole una sonrisa gentil en respuesta a su odio, ganándome que rompa nuestras miradas y retome su accionar al seguir a su grupo de alumnos.
¿Quién es esa mujer y donde está la señora Clower?
Un escalofrío estremece mi cuerpo ante la angustiosa sensación de que algo malo está a punto de suceder, pero lo rechazo.
Desde que Brenda apareció con Leo entre sus brazos, esa sensación ha persistido a cada cosa o acción que hagamos.
Como si me acecharan.
Pero es imposible que algo así pase.
Brenda había desaparecido de mi vida tras haber sido adoptada por una familia, a sus ocho años de edad.
Desde entonces no hemos tenido relación alguna, ni siquiera se como supo donde vivía, aunque no me extraña que consiguiera localizarme, ahora que soy madre se lo que puede llegar a ser una madre con tal de salvar a su hijo.
Me alejo como el resto de padres que aún permanecen como yo, nostálgicos por el crecimiento tan rápido de sus hijos, para volver a mi auto.
Estoy a punto de rodear su ocio cuando mi distraída mirada se topa con unos grandes ojos de una curiosa tonalidad discordante entre sí.
Un niño, unos años mayor que Leo, posiblemente entre los seis o los siete años, me contempla en la distancia, entre dos arboles frondosos que dan hacia el escurridizo bosque a un lateral de la prestigiosa academia de Wellston.
Me detengo, parpadeando extrañada al apreciar como nadie parece percatarse de ese pequeño y misterioso niño con heterocromía.
Al sentir que soy la única que le presto atención, posiblemente por la clase social a la que la mayoría de los padres presentes o representantes pertenece, vuelvo a plantar mi atención en el pequeño niño que me contempla inexpresivo al otro extremo de la plazoleta perteneciente a la academia Wellston.
Pero sorpresivamente ya no está ahí.
Lo busco alrededor, preocupada de que se haya perdido o esté buscando a sus padres, pero no lo encuentro por ningún lado.
Extrañada y confusa, desisto, achacando a que posiblemente haya sido imaginaciones mías, para terminar de rodear mi coche y montarme en el asiento del conductor.
Cuando arranco, la música infantil que tanto Leo disfruta cantar conmigo de camino hacia la escuela, vuelve a invadir el interior del auto.
Normalmente la cambiaria, colocando la siguiente playlist que va acorde con mis gustos, pero hoy me siento especialmente afectada por separarme de mi pequeño.
Mucho más al recordar el desprecio con el que esa mujer me miraba en la distancia, mientras acariciaba afectuosamente el enredo de rizos de Leo.
Mi pecho se estruja casi como si ese acto, esos dedos jugueteando con la mata de cabello de mi hijo, hubiera sido una amenaza abiertamente lanzada, termino apretando mis manos sobre el volante, buscando como puedo el autocontrol de alguien cuerdo.
— Es solo una maestra que probablemente le irrite el conocimiento de una madre soltera… — Me digo, atrayendo la calma hacía mí para empezar a salir del aparcamiento delantero del centro — Solo es otra prejuiciosa mujer más que no cree correcto que una mujer se salga de su estereotipo… ¡Dios! ¿Por qué insististe tanto en que lo trajera a este lugar Brenda?
“Cuando cumpla los dos años llévalo a la Academia Wellston, se que allí siempre lo protegerán y te ayudaran en lo que necesites…”
Un nudo se forma en mi garganta al recordar la voz temblorosa de Brenda mientras susurraba esas palabras aún aferrada a su bebé.
Tan pequeña y frágil en la esquina de aquel sillón, desesperada por permanecer un rato más con él, antes de tener que marcharse y desaparecer.
Nunca voy a poder juzgar lo que hizo.
Mucho menos voy a cuestionar las pocas peticiones que me pidió llevar a cabo con Leonel.
Entre esas, darle ese colgante de piedra oscura para que lo conservase con él, nada más cumplir los tres años de edad.
Intento ignorar mis ganas de dar marcha atrás y volver a la academia, para llevarme conmigo a Leo de una forma casi egoísta.
¿Por qué tiene que crecer tan rápido?
Aún no me acostumbro a tener que pasar tanto tiempo lejos de él.
Quizás por eso estoy tan distraída siempre en el trabajo.
Primero que nada, quiero deciros que está historia aún no ha terminado, oh no, créanme aún hay un largo camino por descubrir y mucho misterio que desenvolver, por ello he elegido (muy a pesar de mi intento por comprimirlo en un solo libro) que la mejor manera para ofreceros una historia que realmente os cautive y os atrape sin llegar a perderos por el camino con tanto lío, es partir esta novela en varias partes. Transformarla en lo que probablemente sea una Serie focalizada dentro de un universo aparentemente maldito.Este libro tendrá su segunda parte próximamente. Así que no te olvides de seguirme y agregar este libro a tu biblioteca si aún no lo has hecho.Y una sucesión de libros que formen parte del mismo universo tras lo conocido en este primer libro (y con ello el segundo también) quienes serán la base inicial de todo lo que está por verse en los futuros libros del mismo universo.Sí, probablemente es un poco lioso ahora mismo, pero prometo que lo entenderéis según vayáis leyend
—NATALIA— La vida puede cambiar en un solo instante. Solo un chasquido y todo puede terminar de cabeza. El tiempo se detiene y el sentido se invierte hasta convertirse en una bola inestable de incertidumbre. De sentirme sola y con un corazón suplicando ser amado, a tener más de un corazón anclado a mí, rodeada de seres que me hicieron sentir segura, amada y comprendida aún cuando ni yo misma era capaz de entenderme. Ellos me completaron aquello que creí siempre estaría vació, desolado. Hasta finalmente ver como todo cuanto de repente conseguí está a punto de desvanecerse, como un soplo del destino que parece una vez más regodearse cruelmente en lo que ya sabemos ha sido una maldición, una condena a la cual mi propia gente me empujó mucho antes de tan siquiera tener una opción. No hay nada que pueda hacer más que quedarme estática en un lugar donde siento imposible alcanzarlos, incluso en mi propia mente, mientras me anclo a lo único que me mantiene sujeta a aquí, a mi presente,
—KAIL— Supe nada más comenzar la ronda que algo estaba mal. Que algo estaba a punto de estallar aquí en nuestro hogar, quizás lo aludiría a una especie de mal presentimiento si no supiera y sintiera la energía que corre por estas tierras, donde comenzaba a captar hilos fugaces de energía de otros seres que no eran miembros de nuestra manada. Habían camuflado tan bien su aroma que por mucho que intentara olfatearles en busca de respuesta, no obtendría resultado alguno, más que la fragancia de mi propia manada. Mentalmente intente conectar con mis compañeros de vinculo, pero algo parecía impedirlo, como si de alguna forma hubiera traspasado alguna extraña barrera que me aislaba de los míos, incluso del pequeño grupo con el que había iniciado el reconocimiento del área que rodeaba y resguardaba a nuestro clan. Aún en mi forma animal, alzo la cabeza buscando con mi agudo oído algún inicio de lo que estuviera pasando, sintiendo como cada vez más y más la neblina densa de energía se acu
Hola! Ya me han notificado que algunos capítulos están repetidos, la mayoría de estos están en edición tras la corrección, suele demorarse un poco en corregirse e intento no cometer más fallos, pero este mes está siendo realmente duro para mí, por lo que siento no tener la cabeza tan enfocada estos días para evitar este tipo de falla. No me gusta escribir por el móvil ya que soy algo patosa, pero aún así lo he tenido que hacer de esta forma algunos de estos días por no poder tener a mano un pc o simplemente no tener las fuerzas anímicamente para mantenerme sentada frente a uno, por eso han surgido este tipo de problemas. Agradezco muchísimo que a pesar de todo sigáis apoyando esta novela. Prometo agradecéroslo como se debe nada más tenga la mente más centrada y despejada, dejando algunos extras gratuitos en compensación por vuestro apoyo. No soy nada sin vosotros, mis lectores. GRACIAS. Se les ama!
—ARYEN— Otro rugido feroz de advertencia fue expulsado por Nox, quien lideraba la formación estratégica de alerta, demasiados conscientes de la amenaza aún oculta entre los árboles. Podíamos olerlos. Podíamos escucharlos. Y la distinción de su aroma erizaba nuestro pelaje, agitando la agresividad de nuestras bestias. ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo nos han descubierto? ¿En que momento fallo nuestra barrera protectora? ¿Fue acaso el día en el que mi monstruo tomó el control? La culpa me machaca mientras hundo mis patas en la tierra removida. Mantengo agachado mi lomo, con los colmillos relucientes en muestra de advertencia. Estamos tan listos para saltar encima de los intrusos que cualquier mínimo indicio de uno de ellos apareciendo por la línea del bosque nos hace saltar de nuestros puestos, avanzando unos pasos mientras la mujer desconocida ejerce una postura de derrota. Sus manos alzadas. Su cabeza gacha, con la mirada por debajo de sus frondosas pestañas, casi como una suplica s
—NATALIA— Como todo podía cambiar de un segundo al otro. En un instante me encontraba disfrutando de la calma acogedora y familiar con mis hombres y nuestros hijos, para ahora no solo reconocer la presencia de más seres como ellos que parecen custodiar y proteger nuestra casa, sino la posible amenaza aún oculta entre la línea principal del bosque a nuestro frente. No podía apartar mi vista completamente preocupada en el jardín, desde la protección resguardada de las gigantescas puertas de cristal que daban al exterior, viendo expectante como mis hombres se transformaban en gigantescas bestias feroces capaz de aterrorizar a cualquier individuo susceptible respecto a lo sobrenatural. —Luna —Una voz masculina capta minuciosamente mi atención. Es la angustia entrelazada en sus cuerdas vocales y la admiración profunda que noto en su tono, lo que me mueve a enfrentar al desconocido sujeto, tan gigantescamente fornido como Nox — Debe acompañarnos, este lugar no es seguro… por favor. La s
Último capítulo