Gabriel terminó la llamada con William. No sabía si podía confiar en él; primero tendría que hablar con Anne y con su familia. Necesitaba saber qué quería realmente, pero siempre debía estar atento. Si él era como su madre, debían tener cuidado.
---
Mientras tanto, en la mansión Lewis Benson...
Anne tenía una conversación muy intensa con su esposo, Alexander. Al parecer, el hombre estaba molesto. Los celos por Evan habían regresado, algo completamente ilógico y sin sentido.
—No comprendo tus celos, Alexander. Y menos después de todo lo que te he demostrado: cuánto te amo, lo importante que eres para mí —comentó Anne con voz cansada—. Tenía tantas ganas de verte, de estar contigo... pero no puedes seguir con esa actitud. No tengo nada con ese chico. Me cae bien, sí —dijo, mirándolo directamente a los ojos.
—Mira, Anne, no me gusta que ese chico esté tan cerca de ti, y menos aún que casi no haya información sobre él. Y no me mires así —añadió rápidamente, al ver que Anne abría los ojos