Miraba a Alexander mientras desayunábamos. Sentía como si el tiempo no hubiera pasado, como si nada hubiera cambiado. Tenía miedo de volver a caer… dentro de mí aún vivían temores y resquemores.
—Dime, Anne, ¿qué clase de ropa quieres? Podemos ir al centro comercial que está a una hora o comprar en tiendas locales. Tú la vas a usar, así que debe ser tu elección —me preguntó, y salí del trance en el que me encontraba.
—Hace años que no venía de vacaciones… Me gustaría ropa de pequeñas boutiques de aquí, y también trajes de baño. Siento que deben de ser hermosos —comenté mientras comía—. La comida está deliciosa, tienen unos chefs excelentes —agregué—. Este hotel es nuevo, ¿verdad? No lo recuerdo entre tus propiedades —dije, mirando alrededor.
—Sí, es nuevo. Lo construimos en menos de dos años. Se llama Anetta Resorts - Only Adults —sentí su mirada fija en mí. Sabía perfectamente qué significaba Anetta; era una variación de mi nombre en italiano. Le devolví la mirada, pero no dije nada.