El silencio que siguió a las palabras de William fue más profundo que cualquier conversación que hubieran tenido en años. Solo se escuchaba el viento meciendo las hojas de los árboles del jardín y, a lo lejos, el murmullo de una fuente. El rostro de Gabriel era una máscara de seriedad. Alexander miraba fijamente su copa vacía. Patrick apretaba los puños bajo la mesa, y Anne… Anne no apartaba la mirada de William.
Por primera vez en su vida, él deseó no estar ahí.
—¿Qué dijiste? —repitió Jonah Jr., su voz grave y lenta, como si necesitara oírlo otra vez para creerlo.
William bajó la cabeza, sintiendo que el peso de la verdad lo aplastaba.
—No soy hijo de Jonah Lewis Benson. Tampoco Edward. —Su voz era apenas un murmullo—Mi madre nos mintió toda la vida. Y peor aún… quería hacer pasar los análisis de su amante como si fueran de papá… para quitártelo todo, Anne.
Anne permanecía inmóvil, como una estatua. Había esperado muchas cosas de William, pero no eso. Su rostro no mostraba odio, per