Desde que sus criaturas atacaron, nuestra batalla había comenzado, llevábamos un buen tiempo peleando entre nosotros, todos teníamos sangre y cortes por doquier.
Por alguna razón los que más me atacaban eran pequeños hombres verdes con uñas y dientes filosos como agujas. La verdad habían bastantes de ellos, aunque no eran fuertes, si me atacan más de dos a la vez es algo complicado, pero manejable.
Clavé una cuchilla en un duende, matandolo. Luego sentí algo colgarse de mi espalda y colocar una rama en mi garganta asfixiandome.
Forcejeo hasta que consigo golpear sus costillas, debilite la fuerza de su agarre y quité esa rama de mi cuello. Me dispuse a golpearlo con puño cerrado.
Escanee la zona, Edwuard estaba cerca de mi acabando con varios a la vez. No sentí a alguien venir y esa persona se lanzó contra mí haciendo que cayeramos al suelo.
-¡ugh!
Sus manos se aferraron a mi garganta con mucha fuerza. Alguien más cayó sobre mi inmovilizando el resto de mi cuerpo, a duras penas solté