Omnisciente
Una mujer de aspecto serio estaba custodiando las fronteras del lado sur con el mismo equipo... para su desgracia.
-jefasaaaa-chillo uno de ellos-.
-¿qué quieres, tres?-gruñó cansada-.
¿Por qué razón tenían que asignarle a este grupo de idiotas nuevamente?. Eso se preguntaba internamente.
-¿puedo ir al baño?-le hizo puchero mirándola-.
La mujer resopló.
-ahi hay un árbol, has tu negocio y no fastidies-le hablo señalando hacia la derecha-.
-¡no! Soy un ser humano civilizado, debo ir a un inodoro. Jefa--.
-convierte en lobo y levanta la pata, pero de aquí no te moverás, y eso va para ustedes también-recalcó autoritaria-.
Uno, dos y cuatro; como eran llamados los demás miembros del equipo ya que a ella jamás le intereso aprender sus nombres.
Los tres implicados estaba con el trasero bien asentado sobre el pasto. Aburridos y con ganas de dejar el puesto de vigilancia e ir hacia la mesa de postres que aún estaba disponible aunque la boda y su celebración hayan culminado.
-¡ay po