Raven
Por un segundo miró hacia mí y esos ojos enfocados e intensos se fijaron en los míos, en pánico.
Sonrió por un instante de medio lado y presencié lo más barbárico e increíble, que había visto en mi existencia.
Luchó a mano limpia y a solo a los puñetazos, con un lobo que era casi de su tamaño parado en sus dos metros y más del doble de su peso.
El lobo del Beta no estaba jugando para nada, iba a destrozarlo en todas partes y ya el cuerpo de Cedrick, mostraba arañazos y heridas de mordidas de dientes, sangrantes.
En un movimiento le acertó un fuerte golpe, justo en la sensible nariz del lobo, y este gimió dando un paso atrás con dolor, solo que Cedrick no lo dejó escapar y fue a golpearlo en el flanco, en sus costillas, que ya estaban magulladas.
El lobo se dio cuenta del peligro y lo mordió con fuerza por el hombro, haciéndolo rodar por la yerba y subiéndose encima.
Su boca sangrienta, llena de saliva, a solo centímetros de la cara de Cedrick como un perro rabioso, mientras este