Raven
— No te quiero poner presión, pero ten en cuenta, quién se acostará contigo todas las noches – Cedrick me guiña un ojo y me quedo como tonta mirándolo con una sonrisa.
Ver a este Alfa tan frío y dominante, siendo pícaro y juguetón, hace que mi corazón se acelere sin control.
— Comencemos, espera, que ni se te ocurra quitarte la camisa – se gira y le gruñe a su Beta, que está impasible y para nada asombrado de las locuras de su Alfa.
Hemos venido a un enorme campo de entrenamiento y Cedrick me ha hecho sentarme sobre unas gradas en alto que hay, supongo que para descansar en el medio de los ejercicios.
Debo admitir, que a pesar de que esto fue tan repentino, el pensar en estos dos enormes hombres, llenos de músculos y poder, luchando, hace que la adrenalina y el entusiasmo comience a correr por todo mi cuerpo.
Miro a mi alrededor y veo que, por la alta cerca perimetral, están llegando todos los demás guerreros, se hacen señas, también entusiasmados y parece, que ver a estos dos