Raven
— Es…no importa, solo no te involucres en nada…es mejor hacer como que no sabes nada y si alguien te propone algo, que vayas a ningún sitio de noche o sospechoso.
— Di que no, ¡no vayas a aceptar! – concluyó con mucha seriedad.
Y con la misma salió de la habitación, dejándome completamente confundida.
Tantas emociones y enredos me tenían la cabeza, echa un lío.
Lo que era obvio, es que en esta manada estaba sucediendo cosas muy raras, secretas y peligrosas.
¿El Alfa sabría sobre los manejos subterráneos en esta área discriminada y olvidada?
Como yo no era nadie, ni podía arreglar el mundo, me cambié por una camiseta cómoda y unos pantaloncillos cortos y me acosté a dormir en mi camastro.
*****
Pasaron unos días, en relativa tranquilidad, pero no volví a ver al Alfa.
Una mañana, no pude aguantar más, si seguía recluida en el área de las esclavas, entonces mi plan de acercarme a él, se iba a la mierd4.
Además, ni siquiera pude practicar más, porque pusieron un absurdo toque de que