Killian
El golpe en el estómago fue inmediato. Ver a Eliza de pie, tan imponente y con esa mirada que nunca me había dejado indiferente, me arrancó un suspiro. Habían pasado años desde que la había visto por última vez, y aunque mi corazón latió más rápido por el impacto de su presencia, sabía que el peso de ese encuentro iba más allá de lo físico. Era como si el tiempo no hubiera pasado, pero las cicatrices que dejó la relación seguían frescas.
—Ariana—dije, mi voz forzada a mantenerse firme—. Ella es Eliza. Una antigua aliada... y también una ex amante.
Lo que no dije fue que Eliza había sido mucho más que eso. Ella había sido mi refugio cuando todo alrededor de mí se desmoronaba. Pero eso quedaba atrás. Ya no era ella quien me mantenía en pie. Ahora era Ariana.
Ariana no dijo nada al principio, pero pude sentir su incomodidad. Vi cómo sus ojos se estrechaban, como si estuviera procesando lo que acababa de escuchar. Sus labios se apretaron, y un aire de tensión llenó el espacio. Ell