Killian
La guarida está en silencio. La guerra se acerca, lo siento en cada rincón de esta habitación. Cada respiración que tomo, cada suspiro, está impregnado con la tensión de lo que está por venir. Las paredes de piedra parecen apretar, como si fueran a desmoronarse de un momento a otro. Mi mente no encuentra paz. La única constante en ella es ella. Ariana.
Hace días que no puedo dejar de pensar en ella, y cada vez que lo hago, me siento más cerca de perderme. De perderme a mí mismo. Como si todo lo que he hecho hasta ahora fuera una mentira. La manada. La guerra. Todo parece insignificante cuando pienso en ella. Todo se reduce a una sola cosa, a una sola persona. Y lo peor de todo es que ni siquiera sé si ella