Los trillizos le pidieron al tío Cristian que los acompañara al jardín porque querían jugar. Estando allí, Ethan procedió a realizar la videollamada.
La niñera respondió, Ethan se presentó como un compañero de Gabriel, así ella le entregó el teléfono al chico y este fue a encerrarse en la habitación que comparte con su mamá.
—Bien, ahora que ya todo está de nuestro lado, continuaremos con el plan.
Ethan se acercó a su tío con la excusa de que sostuviera el teléfono mientras él, iba por agua a la cocina.
—Pero tú estás en medio de una videollamada, no seas maleducado—. Protestó Cristian.
Escuchar que su padre trata con cariño a otro niño, el pequeño Gabriel se sintió celoso, ya que, a él nunca lo ha buscado.
—Entretén a mi compañero, por favor—. Gritó desde lo lejos.
A Cristian le encanta molestar a los trillizos. Pensó que con el niño de la videollamada haría lo mismo.
Se asustó cuando su versión en miniatura apareció de repente.
—¿Cómo te llamas, pequeño?— preguntó lleno de curiosida