Capítulo 112. Redención en las sombras.
Dante
—Yo… —Si fui brusco, pero ella también lo disfrutó, pensé—, fue voluntario, ella me dejó… —expresé con vergüenza—, pero no fui gentil y… era su primera vez
—¿Entonces qué carajos te pasó por la cabeza? —gritó, lanzándome una carpeta que había traído consigo contra mi pecho—. ¡Esa niña los ayudó a escapar! ¡Y tú la entregaste como un cerdo al matadero! ¿Y de paso te la follaste? ¡Me avergüenzo que seas mi hijo!
Espetó, mientras las fotos se esparcieron por el suelo.
Vi a Elizaveta. Atada. Golpeada. Con los ojos vidriosos de dolor.
—Ella es una Petrov —musité, pero hasta a mí me sonó falso—. Nos traicionó...
—¡MENTIRA!
Su puño impactó contra la pared a centímetros de mi cara. El yeso se resquebrajó.
—Ve lo que le están haciendo los Petrov ¡Torturándola! Hace días recibí una llamada de Piero Ferrer —dijo, conteniendo la furia—. Quería que recibiera y protegiera a su hija Verónica... venía a buscar a una amiga, no me dijo quién era esa amiga, pero yo investigué y resulta q