Cap. 94. ¿Aliada o prisionera?
POV Maite.
¿Dónde estoy?
Era lo único que me preguntaba. La única certeza que tenía era que llevaba días —o tal vez una semana, ya no lo sé— encerrada en esta habitación tan cómoda como perturbadora.
Tenía todo lo que cualquiera podría considerar un lujo: televisión, aire acondicionado, una cama enorme con sábanas suaves, un baño impecable con agua caliente y productos de higiene importados. Pero esa comodidad no era más que una celda disfrazada.
Recuerdo haber despertado con la mente nublada, la garganta reseca y el corazón golpeándome dentro del pecho, como si intentara escapar él también.
Me habían raptado en el camerino del set. En un instante estaba preparándome, y al siguiente solo vi oscuridad.
El primer día de mi secuestro, cuando abrí los ojos, descubrí que ya no llevaba la ropa que tenía, sino un vestido blanco, largo, de tela fina, con pliegues organdí y escote discreto.
Mis pertenencias habían desaparecido, no veía ni el bolso, mi celular, mis zapatos. No encontraba nad