La bestia como Crin lo llamaba, o el demonio tal como se le llamaba a Paimon estaba resuelto, que sus poderes de evocación no podrían ser usados a menos que se le concediese el sacrificio, Vladislav a Crin se miraron de pies a cabeza,
Vladislav le hizo una señal a Crin para que le obligase al demonio a obedecer su voluntad, pero no le funciono, —no funciona mi señor, dijo Crin en vos baja, creo que estos poderes están fuera del alcance terreno.
—y no se aburren de intentar manipularme, dijo el demonio, que hervía de ira, no entienden que ese poder que desean, está fuera de esta dimensión, y es, por lo tanto, imposible, pero es preguntó explicarles a vosotros tales cosas, que no estáis diestros en las ciencias ocultas de las tinieblas, delante de mi ser, y poderoso, no sois más que bolsas de carne que solo merecen la muerte, dijo Paimon con gran soberbia.
—bien, dijo Vladislav resoplando furioso, te ofreceré un sacrificio, tal como lo deseas, pero el sacrificio, será el de mi elecció