El enorme sabueso negro no se movió, Vlad se quedó al lado de la enorme bestia, que comenzó a gemir con cierto recelo, como si algo dentro del bosque, le impidiera ingresar tal como lo hacía normalmente, pero Vlad, como poseído por un demonio,salto entre los árboles, con la espada en la mano, pero cuando quiso atacar a las voces que se oían en el lugar, solo encontró las ropas tiradas en el suelo del bosque, todas desgarradas, y manchada de sangre.—aquí, grito Vlad, aquí, siguió señalando, está en la ropa de las niñas, tengo el presagio de que estas niñas, no fueron atacadas por ninguna bestia, estoy casi seguro, que estas niñas fueron raptadas, y llevadas a algún lugar.—sí, dijo Alexandru, mirad aquí, está el rastro de unos pasos, pero se pierden, es muy seguro de que quien hizo esto, estaba seguro de que vendríamos,—esto no es obra de un ser humano, dijo Vlad, que comenzó a olfatear la ropa de las niñas, pero tampoco es obra de alguna bestia, otro ser del infierno, ha hecho esto
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