La escucho darse una ducha y mi cuerpo por completo se acelera, quisiera entrar ahí y hacer la mía, pero no creo que volver a estar juntos tenga que ser ahí, donde nos pueden traer recuerdos no necesarios, ya no sé ni que estoy pensando, la abstinencia, me hace portarme y sentirme como un maldito adolescente que se vuelve loco por la chica de sus sueños, por qué eso es ella para mí la chica de mis sueños, la mujer que se adueñó de mi alma, cuerpo y corazón desde hace más de cuatro años, me pongo la almohada en la cara y grito de frustración, quisiera tanto sentirla, disfrutarla, que lleguemos al clímax juntos, oírla gritar mi nombre, mientras la embisto una y otra vez.
—¿Qué haces amor? ¡Estás loco! —No digo nada, solo en un arranque de locura, lanzo la almohada al suelo, la tomo de la mano y la atraigo hacia mi cuerpo, aún está húmeda, la tomo por la nuca y de manera posesiva y demandante exijo su boca, mientras mi otra mano, se mete dentro de la bata, siento unas ganas enormes de es