Morgaine asintió, apoyando a Josefina. Era increíble el cambio que ella había dado a los ojos de Ivory e Ilán, estaba claro que estaba de su lado ahora. Los días que se avecinaban serían difíciles y también su estancia allí les permitiría revisar la casa a fondo.

—Por favor —fue esta vez Ilán quien ordenó a la empleada— coloca a los tíos con su invitada en las habitaciones al final del pasillo. Mis tías y Amelie ocupan las de al lado de la mía.

Estaba claro que Ilán quería mantener a esas personas lejos de ellos, pero no podía ser descortés con las amistades de sus padres. No soltó la mano de Ivory en ningún momento. Pero cuando pensó que ya había tenido suficiente por esa noche, el timbre volvió a sonar. Esta vez, para dar paso al doctor Herrera y a Dafne.

—Ilán, necesitamos hablar —dijo el doctor Herrera con un tono serio.

—Buenas noches, doctor Herrera. ¿Qué lo trae por aquí a estas horas? —preguntó Ilán, tratando de mantener la calma.

—Es imperativo que hablemos sobre tu madre —i