El corazón de Leila se encogió al sentir la tensión en el ambiente. La mirada de Geraldine, llena de desconfianza y hostilidad, la hizo sentir como una intrusa.
—Buenas noches a todos. Lo lamento, Geraldine, pero tengo una visita de suma importancia a la que debo atender. Vamos, chicas —dijo Ilán, sin esperar la respuesta de Geraldine, quien se quedó atónita ante la inusual indiferencia con la que la trataban.—¡Ilán…! —casi gritó Geraldine, pero se contuvo al sentir el apretón en su brazo que le dio Eduviges y murmuró furiosa—. ¿Cómo se atreve?Geraldine, como modelo de renombre, había accedido a la petición de su mejor amiga Eleonora de intentar sabotear el matrimonio de Ilán y de mí. Sin embargo, su belleza no parecía causar ningún efecto en Ilán, y mucho menos sus propuestas de trabajo a m&i