Me quedé paralizado. Las palabras de Josefina resonaban en mi cabeza. Ella tenía razón; había cometido errores y podría enfrentar graves consecuencias. Pero no podía abandonar a Amaya, no después de todo lo que habíamos pasado juntos.
Dafne se quedó mirando a Josefina mientras ella se alejaba. La situación era complicada, y no podía evitar sentirme frustrado. Había intentado defenderme, pero Josefina no parecía dispuesta a escuchar.Morgaine miró a Dafne con una expresión inquisitiva. No le gustaba como nuera; ella era una buena abogada, pero podía convertirse en un gran estorbo en esta situación.Finalmente, me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta. Tenía que encontrar una manera de arreglar las cosas, pero por ahora, lo único que podía hacer era irme y tratar de pensar en una solución.—Buenas n