Capítulo 92.
POV Mila
Desperté con la boca seca y un zumbido dentro del cráneo. No era la primera vez. Ya había perdido la cuenta de cuántos amaneceres llevaba ahí. La habitación tenía paredes de madera, una ventana pequeña con rejas y una puerta que solo se abría desde afuera. Un olor a humedad mezclado con desinfectante me mantenía al borde del asco. Cada vez que intentaba recordar cómo llegué, algo se deslizaba como una sombra y la mente se me quedaba en blanco.
Al principio pensé que era miedo. Luego entendí que era otra cosa: olvido.
Javier me estaba borrando los recuerdos.
Lo vi entrar después días de secuestro, llevaba una bandeja con comida y una sonrisa tranquila, casi amable. Me habló como si nada hubiera pasado, como si no me tuviera cautiva.
—Por fin despiertas —dijo con su tono suave, como si me cuidara—. Dormiste demasiado. Te hacía falta descansar.
Descansar. Así le llamaba a tenerme dopada. El agua sabía rara, amarga. Lo noté desde el primer día, pero la sed era más fuerte. Bebía