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Mundo ficciónIniciar sesiónPOV Lola
La mañana amaneció tranquila. El personal caminaba en silencio por la mansión; nadie sospechaba nada. Yo me serví café en la terraza y fingí revisar un correo en la tablet. A esa hora, Nicolás estaba en el santuario con Camil. Eso me dejaba sola y aburrida, mis intentos por seducirlo hasta ahora no rinden frutos, pero sé que pronto lograre borrar de su cuerpo cualquier recuerdo de Mila. Afuera, el jardín parecía un cuadro: demasiado perfecto, demasiado quieto. Me gustaba así. Todo bajo control. Pensaba en la ropa que usaría para recibirlo esa noche cuando escuché el sonido de un motor. Dos autos. Me asomé al ventanal. El corazón me dio un salto seco. Eran ellos. Isabel y Santiago. Respiré hondo, enderecé la espalda y me preparé. No podía huir. Tampoco quería. Era el momento de probar si mi actuación era tan sólida como creía. Tomé el espejo de mano y me revisé: el peinado impecable,








