Capítulo 126.
POV: Nicolás
El atardecer teñía el cielo de un púrpura profundo cuando aparqué frente al cementerio, el silencio del motor roto por el canto de los grillos. Había planeado esta noche durante semanas, una sorpresa para Mila que necesitaba después de meses de lucha, de sanar cicatrices que aún dolían. Pero antes, necesitaba este momento con Víctor, un paso más para dejar atrás mi pasado. Bajé del coche, mis botas crujiendo contra la grava, y caminé hacia la tumba simbólica de Clara, donde las cenizas de Lola descansaban. Víctor me esperaba allí, su figura recortada contra el cielo, sus manos metidas en los bolsillos, su rostro marcado por una tristeza que nunca lo abandonaba del todo.
"Gracias por venir", dijo, su voz grave mientras colocaba una flor blanca sobre la lápida. "Clara habría querido que estuviéramos aquí, juntos." Asentí, mi pecho apretado. La tumba, con su placa sencilla—"Clara Vargas: Madre amada, robada demasiado pronto"—era un recordatorio de todo lo que habíamos perdid