POV Nicolás

El juicio había sido un infierno, un desfile de confesiones que desentrañaba décadas de mentiras y sangre. Salí del tribunal con el peso del mundo en los hombros, el eco de las palabras de Martín y Elena resonando en mi cabeza: Mila, robada al nacer, hija de Clara, separada de su gemela Lola por la codicia de Isabel. Mi mente era un torbellino. Camil caminaba a mi lado, su laptop bajo el brazo, murmurando sobre próximos pasos: "Tenemos que rastrear a Víctor Salazar. Si es el amante de Clara, podría saber algo". Pero yo apenas la oía, mis pensamientos fijos en Mila, perdida, quizás herida, quizás olvidada.

El teléfono vibró en mi bolsillo, un número desconocido. Lo ignoré al principio, pero insistió. Contesté con un gruñido, mi voz tensa por la fatiga. "¿Quién?"

Una pausa que duró una eternidad, luego una voz que me detuvo en seco. "Nicolás… soy yo. Mila."

El mundo se congeló. Mi mano apretó el teléfono hasta que dolió, el aire escapando de mis pulmones. "¿Mila? ¿Estás bien