Capítulo 113. Juicio Final.
Narrador.
El tribunal estaba abarrotado, una multitud de murmullos y flashes de cámaras que capturaban cada gesto de los acusados. La transmisión en vivo se emitía a todo el país, un espectáculo de justicia que había captado la atención pública durante semanas. Martín Rodríguez, Elena, su esposa, y El Escorpión—cuyo nombre real, Arturo Mendoza, ya no intimidaba como antes—estaban sentados en el banquillo, esposados y con rostros demacrados por semanas de prisión. La fiscal, una mujer de voz acerada, dirigía el interrogatorio con precisión, desmontando capa por capa el imperio de horror que habían construido.
Nicolás observaba desde una sala adyacente, su figura tensa como un resorte a punto de saltar. Camil estaba a su lado, tomando notas en su laptop, pero sus ojos no se apartaban de la pantalla. "Esto los hunde", murmuró ella, pero Nicolás no respondió. Su mente estaba en Mila, perdida en algún lugar, mientras el juicio desenterraba verdades que podrían cambiarlo todo. En la tribuna