POV: Mila

El aire en la mansión se sentía diferente, como si algo en Víctor hubiera cambiado. No era solo la forma en que me miraba ahora—con una mezcla de cautela y algo más suave, casi protector—sino los pequeños gestos: traerme una manta cuando me sentaba en el salón, asegurarse de que comiera, preguntarme si necesitaba algo. Era un contraste extraño con el hombre que me había recogido de la carretera, desconfiado y distante. Hoy, mientras desayunábamos en el comedor, con el sol filtrándose a través de los ventanales, sus ojos grises parecían buscar algo en mí, algo que no decía.

—¿Has recordado algo más? —preguntó, cortando un trozo de pan con demasiada precisión. Su voz era tranquila, pero había una urgencia contenida, como si mi respuesta importara más de lo que dejaba ver—. De tu infancia, tal vez. Lugares, personas. Cualquier cosa.

Me detuve, la taza de café a medio camino de mis labios. Los flashes seguían viniendo, cada vez más claros, pero desordenados: un bosque, disparos,