Puedo sentirlo quemar agujeros en la parte de atrás de mi cabeza y sonrío en victoria. Sabía que eso llamaría su atención. Paso los siguientes diez minutos contando los grandes edificios por los que pasamos.
— ¿Qué?, —digo cuando mi teléfono suena y veo el nombre de Noel como el identificador de llamadas.
— ¿Qué hice mal?, —se ríe Noel.
—Sabes que eres molesto, ¿verdad?
—Me colgaste
—Oh, lo siento
—Solo quería decirte que estés a salvo y te amo.
Levanto una ceja a nadie en particular; — ¿Estás seguro? ¿Eso es todo?
—Está bien, entonces, suspira —alias me acaba de echar de la habitación.
Pongo los ojos en blanco, — ¿por qué?
—Porque soy frustrante
—Han pasado casi diez minutos
—Lo sé, pero…
— ¿Me llamaste primero a propósito o todos te rechazaron en casa?
—Mamá y papá están haciendo el tango del diablo y Dios no quiera que los interrumpa, Faye está durmiendo y Quinn está demasiado ocupada mirando a los niños con los ojos abiertos
—Estoy seguro de que los sirvientes te escucharán.
—Odet