Alboroto su cabello y abro el armario para ver cómo arreglo mi ropa en él. —Puedes venir a dormir conmigo o iré a dormir contigo y además son casi las 11 de la noche, ¿no se suponía que debías estar dormido?
—Papá dijo que tenía una sorpresa para mí antes de irse temprano esta mañana.
Dejé que Javier me ahogara con sus divagaciones sobre lo aburrido que estaba sin mí y cuánto me extrañaba. Me reí un poco en algunas partes y lo regañé cuando dijo que no podía comer bien por un día porque comer sin mí era aburrido.
—Todo listo, —digo y me alejo del armario para admirar mi arreglo limpio y ordenado. Elijo pantalones cortos deportivos y una camiseta grande antes de cambiarme en el baño.
Cuando salgo, Javier está sentado en mi cama sin tener ni un poco de sueño. —Vamos a mi habitación—, me indica el camino y yo lo sigo.
Subimos otro tramo de escaleras antes de llegar a su habitación. —Esa es la habitación de papá, —susurra y señala las grandes puertas de roble. Entramos en su habitación y