Se aleja y le sonrío a su rostro regordete. Lágrimas deslizándose por sus mejillas y mocos corriendo por su nariz —Pensé que no te despertarías.
—Nunca —le limpio las lágrimas —te hice una promesa, ¿no es así, pequeño?
El asiente.
—Nunca te dejaré. Pase lo que pase, siempre volveré a estar bien? Nunca lo dudes ni lo olvides.
Él asiente y olfatea mientras se limpia los mocos con las mangas de su camisa. Casper lo detiene y toma un pañuelo para limpiarse la nariz.
—Escuché sobre el bebé —baja la mirada tímidamente antes de mirarme y toma mi rostro entre sus lindas manos.
Mi corazón cae —oh—.