Mundo ficciónIniciar sesiónLa noche cayó como una sombra espesa en el departamento de Sol.
No era la misma oscuridad de las noches anteriores, esa que simplemente anunciaba descanso. Esta era una oscuridad distinta, más pesada, más densa, como si la ciudad entera se hubiera puesto en alerta silenciosa después de absorber el miedo de una familia que nunca pidió ser perseguida.
Kira estaba sentada en el sofá, abrazando a Damian con suavidad. El pequeño estaba inquieto, como si percibiera la tensión que sus padres intentaban ocultar. Sus manitas se aferraban a la tela del suéter de su madre y su respiración era corta, temblorosa. No lloraba, pero tampoco encontraba calma.
Detrás de ellos, la ventana mostraba el reflejo de Julian caminando de un lado a otro, el teléfono







