Mundo ficciónIniciar sesiónLa noche llegó rápido. No hicieron nada especial: ducha, comida improvisada, un poco de desorden. Kira cayó dormida antes de las diez, con la mano en el vientre, Damian a su lado, Julian mirando el techo, haciendo mapas invisibles.
A las seis de la mañana, la alarma del mundo corporativo sonó dentro de su cabeza antes que el teléfono. Se vistió con un traje oscuro que ya no sentía disfraz; la camisa le quedaba mejor ahora que sabía quién era. Kira le preparó café con ojos medio cerrados.
—¿Quieres que vaya contigo? —preguntó.
—Quiero que duermas —contestó él, enderezándole la corbata que todavía no se acostumbraba a usar—. Y que me mandes un mensaje si te marea







