Mundo ficciónIniciar sesiónEl avión tocó tierra en Nueva York con un pequeño salto que hizo vibrar vasos, pestañas y certezas. Fuera, el cielo estaba gris, como si la ciudad hubiera estado esperando con los brazos cruzados. No era el dorado amplio del desierto, era otra cosa: concreto, humo, velocidad. Casa.
Julian abrió los ojos justo cuando los frenos rugieron. Kira ya estaba despierta, con Damian dormido en el fular, caliente contra su pecho. Luka miraba por la ventanilla con esa solemnidad seria de quien siente, sin saber explicarlo, que acaba de regresar distinto al lugar de siempre.
—Bienvenidos al JFK —anunció la azafata, con voz automática.
“Bienvenidos a la vida que eligieron”, pensó Kira, pero no lo dijo.
Julian roz&oa







